Rafael Sánchez Cernuda
Blog personal, para presentar mis fotos y la de mis amigos,ademas dónde trataré de presentar algunos trabajos y artículos que de una u otra forma tienen que ver con el desarrollo,divulgación, promoción y distribución del arte fotográfico dominicano y del mundo.
sábado, 14 de octubre de 2017
Buenas Noches
Bienvenidos damas y caballeros:
Antes que todo, dar las gracias a Dios
y a las personas e instituciones que hicieron posible esta Gran Exposición con
sus patrocinios: al Banco Popular
Dominicano, en la Persona del Sr. José Mármol; al Central Romana Corporation,
en la persona del Sr. Ramón Menéndez; a INDUMECA, en la persona del Ing.
Enrique Ureña, a la Galería Nacional de Bellas Artes, en la persona de la Sra.
Marianne de Tolentino, a la Cervecería Nacional Dominicana y a Álvarez &
Sánchez, C. por A. Pero, no puedo dejar
fuera sin dar las gracias al Sr. Herminio Alberti y su equipo, por su apoyo,
entrega, dedicación y coordinación para poder llevar a cabo esta Exposición.
Para mí es un honor hacer esta
presentación con motivo de nuestro 40 Aniversario, la historia es larga y no es
a mí a quien toca contarla, se la dejo a
los historiadores y especialista en esta materia, haré un pequeño recuento…
Casi al término del año 1977,
específicamente en el mes de octubre, en casa de nuestro amigo, Don Freddy
Ginebra, se reunieron los fundadores de nuestro Grupo, con la intensión de
organizar, formar y completar la idea de un nuevo Grupo fotográfico, que
llamaron Fotogrupo. El gestor y guía fue el Maestro Fotógrafo Wifredo García,
quien junto a José Ramón Andújar, Carlos Roedán, Patricio Quiñones, Rafael
Medina, Hugo Beras, Leo Madera, entre otros, dieron inicio a una nueva etapa en
la creación y formación de agrupaciones fotográficas.
Con
objetivos definidos y con estatus legal, Fotogrupo fue creado para la práctica,
divulgación y desarrollo de la fotografía dominicana. Es extensa la lista de
actividades realizadas en estos 40 años y solo enunciaremos los reglones
participativos en forma general:
1.-
Exposiciones Individuales y colectivas: nacionales e internacionales.
2.-
Encuentros Fotográficos
3.-
Chalas y Conversatorios
4.-
Publicaciones y Audiovisuales
5.-
Concursos y Cursos
6.-
Participación en Bienales y Congresos Internacionales
7.-
Reuniones y viajes fotográficos
Como
datos importantes podemos señalar, que la presente muestra colectiva es la No. 56.
Que la Membrecía histórica de Fotogrupo
ronda los 300 fotógrafos, y por último, que
nuestra relación y afiliación a la Federación Internacional del Arte
Fotográfico (Fiap) tiene ya 30 años.
En
estos 40 años, queremos recordar a cada uno de los miembros que de una u otra forma
han aportado su empeño, dedicación y esfuerzo, a esta agrupación, desde sus
miembros directivos, sus pasados directores, y aquellos que ya no están es este
plano terrenal.
Los
participantes de esta exposición son miembros activos, antiguos miembros, miembros
no residentes, allegados y/o amigos del grupo, a todos ellos se les impartió
algunas directrices para su participación en esta Exposición:
1.-
Cada Participante tendría su panel personal
2.-
La participación sería de 5 fotos por autor
3.-
Se recomendaba un tema por autor o temas que el autor trabaje
4.-
El tamaño de las obras sería: 36” x 24”
5.-
Entregas a tiempos establecidos
6.-
Puesta al día referente a las cuotas del Grupo
No queremos dejar pasar esta importante ocasión, sin
referirnos a las enseñanzas del Prof. Wifredo García, quien entendía que la unión y participación
de veteranos y principiantes unificaba el grupo, que siempre había que darle
cabida a los que se iniciaban en este maravilloso mundo de la fotografía, que
unos y otros, eran los beneficiados por la interacción de conocimientos, pero
que pasados los años, debían buscar una interpretación personal, una forma
particular de manifestar sus sentimientos y experiencias, transmitirlas,
comunicarlas y exponer sus obras al público, quien la juzgará. Este es el resultado. Ustedes serán los que evaluarán el trabajo de
cada uno de nosotros, esperamos que esté a la altura de estos 40 años.
Muy
Buenas Noches.
Rafael Sánchez Cernuda, EsFiap
Director
domingo, 7 de mayo de 2017
Ensayo-Autobiografía
Experiencias Fotográficas
La
vida de una persona presenta múltiples facetas, pero
siempre hay una de ellas que adquiere una importancia especial y es en la que el
individuo manifiestas, canaliza, dirige, orienta y desarrolla potencialidades,
interioridades y exterioridades, alegrías y penas, pensamientos e ideas, y un
sin número de sentimientos y procesos individuales internos que en otras
facetas no pudiera expresar; así que se opta, por un medio o canal de expresión
que en mi caso particular es la Fotografía.
Los
primeros años de mi vida fotográfica y que voy a presentar, pasaron lejos de
algo que pudiera llamarse “fotografía”, nada pasó o se relacionó de manera
relevante, entre los primeros años de mi vida y el tema de la fotografía. Los
primeros vestigios fueron efímeros, cortos, sin aparente importancia y/o
influencia sobre mí, a saber, en la casa paterna, por allá por los años
1957/58, llegó una cámara Agfa, 120mm. Con un disco desplegable que hacía de
reflector para una bombilla, desechable que servía de flash. Era moderna, y fue
traída de la ciudad de Chicago, E.U., muy parecida a la que usaban en esa época
los periodistas. Este aparato, paso muy desapercibido, como si no tuviera
importancia alguna en mí. Luego con los años determiné que era un Agfa Isola, y
que luego
la
doné al maestro de Wifredo García, para que formara parte de su museo de
cámaras, actualmente se encuentra en el Fondo Wifredo García del Centro
Cultural Eduardo León Jiménes, como parte de las piezas que la Familia García -
Silva prestó para su valoración, catalogación, conservación, preservación y
exhibición por tiempo indefinido al Centro León.
La
segunda experiencia también paso casi desapercibida. Otra cámara llegó a mi
casa paterna, era menos profesional, más bien era una cámara familiar, seguro
que traída de uno de esos viajes realizados por mis padres, Puerto Rico casi
seguro, por allá por los años 60’s, era marca Kodak, modelo Brownie Hawkeye
Flash, con ella se realizaron cantidad de fotos familiares, se presentaban en
un álbum según las actividades de la familia.
Con
esta cámara realicé algunas fotos, y sólo guardo una sola de ellas, no recuerdo
absolutamente nada de las demás, no aparecen en los cajones ni álbumes familiares.
Campamento de los Scout Dominicanos, patrulla Ciervo e invitados, nos acompaña el Jefe de Tropa, Ángel Palacio quien en ese tiempo era Sacerdote Jesuita, actualmente Director de la Escuela Decroly.
Campamento de los Scout Dominicanos, patrulla Ciervo e invitados, nos acompaña el Jefe de Tropa, Ángel Palacio quien en ese tiempo era Sacerdote Jesuita, actualmente Director de la Escuela Decroly.
La
tercera experiencia sucedió cuando comenzaba a estudiar la carrera de
arquitectura, en la UNPHU, año de 1972, para todos los trabajos había que
presentar fotos, sketches de dibujos, modelos, y también fotos de la vida
universitarias en los talleres de arquitectura, especialmente mis amigas y
compañeras. Las fotos las tomaba con una camarita muy sencilla, barata, de
película 126, de las que se usaban
familiarmente en esa época, no recuerdo la marca ni el modelo. Algunas fotos
las presento a continuación:
La
siguiente experiencia que tuve con una cámara ya si fue mas sustanciosa,
producto de la necesidad de documentar mis proyectos de Diseño 4 y Diseño 5,
por allá por los anos de 1973-75 en mis años de estudiante de arquitectura,
solía pedírsela prestada a un compañero muy querido, tan querido era que le
decíamos Tío Nenén, Nicolás Arbaje, quien también era estudiante de arquitectura
y con muchas habilidades para el maquetismo, había hechos algunos trabajo profesionales
que les fueron muy bien pagado, y “oso” comprarse una cámara Minolta, modelo
SR-T 101, con un lente 50mm, f/1.2 que le
funcionaba muy bien al hacerles fotos a
sus modelos y maquetas, y para que yo me iniciara en el mundo de la fotografía.
Esta cámara, bien estructurada, totalmente mecánica, sencilla y que a la vez
proporcionaba, al que la tenía en sus manos, una sensación de seguridad, una
sensación de poder al apuntar y oír el clásico “click” de las cámaras de esa
época y que aseguraba el haber capturado la imagen, me cautivo hasta el punto
que el Tío Nenén, para poder usarla tenía que pedírmela prestada y yo con mucho
gusto lo hacía.
Con el tiempo y el correr de los estudios, los proyectos y las consecuencias que esto traía, como las entregas, amanecidas y una que otra repentina, se presento un día mi compañero y hermano Tony Geara, alias “Rayito”, porque cuando hicimos el Diseño 1, realizamos una obra teatral infantil en la que él, con su cabellera larga y rubia, representaba un rayo de sol, por ello le pusimos Rayito. Pues se presento Rayito, con un amigo de él que estaba vendiendo una cámara, pero él no tenía el dinero completo y como sabía que yo me había entusiasmado con la del Tío Nenén, me manifestó si podíamos comprarla para los dos, aportando la mitad cada uno, le dije que si, busque RD$250.00 y se los di, como paga de la mitad de la cámara. Así quedamos como socios, y yo asumí la responsabilidad de guardarla y cuidarla. La usábamos, unas veces él, y casi siempre yo, me enamoré de esta cámara, quizás porque se me parecía mucho a la Minolta del Tío Nenén.
Aunque
usada, estaba casi nueva, resistente, equilibrada, con un lente 50mm, f/1.4,
filtros de colores amarillo, rojo y verde, que me permitieron experimentar con
ellos. Terminé comprándole su mitad a mi amigo Tony. Con esta cámara fui, en marzo del 1979 a mi
primer viaje al Pico Duarte, organizado y dirigido por Sergio Taveras y
acompañado por los profesores Arqs. Donald Barbel y Radhamés Díaz, quienes
también realizaban su primer ascenso a la más alta cima de las Antillas. La
cantidad de diez rollos de fotografías realicé en este viaje, paisajes, tema
humano, atardeceres y amaneceres, flora y fauna, tomados con película Kodak
Ektachrome 64, pero compradas a Pepe, otro estudiante de arquitectura muy
aficionado a la fotografía y quien tenía el negocio de comprar rollos de 100
pies y que el mismo rebobinaba en rollos de 36 fotografías, y nos lo vendía a
un precio bastante económicos, estos rollos los rebobinaba en cartuchos
desechados de los laboratorios fotográficos, y paso que, cuando lleve mis rollos
a revelar después del viaje, no advertí al laboratorio que eran rollos de Ektachrome
con el proceso de revelado E-6, y ellos supusieron que eran rollos a color,
teniendo estos un proceso de revelado C-41, diferente al de los Ektachrome.
Resultado, una especie de “maco con cacata”, fotos a colores, pero colores
extraviados, morados extraños, azules grisáceos, un verdadero tollo, aun así
guarde una de ellas, la cual contare su historia más adelante.
Ya
para ese tiempo leía yo, los artículos que Jueves 68 y Wifredo García
publicaban periódicamente, y llegue a ver una exposición de Wifredo García en
Casas Reales, lamentablemente entre 1970 y 1972
estudié 2 años de Ingeniería en la PUCMM (en ese tiempo UCMM) en Santiago, y
Wifredo impartía clases de química para estudiantes de ingeniería, pero nunca lo conocí, Dionisia Abramo fue mi profesora. Mas adelante a mediados de los años 70s, cuando ingreso a estudiar Arquitectura en la UNPHU, Wifredo impartía fotografía en esa universidad, y tampoco me
enteré. A mediados del 1980, es mi hermana Guillermina, quien en ese tiempo estudiaba Diseño
Publicitario en la UASD, y Wifredo era su profesor, quien me lo presenta, le
presente mis fotos de un viaje que había hecho al Pico Duarte y me escogió dos y me invito a que
las expusiera en el 1er. Encuentro Nacional de Fotografía, que se celebró en
Casa de Teatro a finales del año 1980. Debo resaltar, que Wifredo no es quien
me invita a Fotogrupo, quien me invita a participar en Fotogrupo fue mi
peluquero, Paco Luis Pérez, quien al saber en
mis manifestaciones saloneras de inquietudes fotográficas me invita, ya
el participaba desde un año antes, y me dijo “…el primer lunes de cada mes, en
Casa de Teatro, a las 8:00pm.”, a partir del siguiente lunes, primero del mes
de junio del 1981, asistí rigurosamente, allí me encontré con Wifredo, que era
el Director del Grupo y quien siempre me asistía con cualquier pregunta o duda
que tuviera.
Wifredo
siempre
estaba a la vanguardia en todo lo que fuera fotografía, y específicamente con
los equipos fotográficos, los compraba, los probaba y usaba y luego los cedía a
titulo de venta a muy buen precio para nosotros principiantes y discípulos, es
así como le compré mi siguiente cámara.
Esta
sexta experiencia con la cámara que le compre a Wifredo, fue exquisita, era una
Canon A-1, de las primeras electrónicas.
Canon había experimentado con la AE-1 y la AE-1 program, pero la A-1 era
superior, con un lente normal de 50mm f
/1.8, y múltiples modos de medir la luz, realicé gran parte de mi producción
fotográfica de esa época, hasta que se dañó, la mandé urgentemente a donde mi
querido amigo y compañero fotogrupista José Báez, técnico de muchos años
reparando cámaras y que en ese tiempo vivía y trabajaba en la ciudad de New
York, E.U., el diagnóstico fue: se le dañó el disparador, esta descontinuado y
me A-1 nunca estuvo de regreso a mis manos. Habiendo yo vendido a un amigo la
Canon FTb, no tuve otra opción que comprar una nueva cámara.
Esta
séptima experiencia con mis cámaras fotográficas me costó mucho, la compre por
Internet en la afamada tienda B&H Photovideo de New York, aproveché un
viaje a la ciudad de los rascacielos y cuando llegué allí, ya la cámara me estaba
esperando en la casa de mi cuñada, quien reside en la ciudad de New
Jersey. Fanático de la marca Canon, esta
era “Autofocus”, con VerticalGrip, la Eos A2 con un lente 28-135mm, f/3.5-5.6 IS, la era del auto-foco había
llegado, me costó tiempo adaptarme y aun muchas veces hacemos el foco
manualmente. Pero el sistema IS (Image Stabilization, estabilizador de Imagen),
de este lente lo hacía superior a los demás de su categoría.
Con flash incluido y construida de poli-carbonato altamente resistente y diseño ergonómico de fácil adaptación a la mano la hacía merecedora de la más alta recomendación, con ella realizamos un viaje al Viejo Continente, específicamente a Italia, pasando por España, al Congreso de la Federación Internacional del Arte Fotográfico (FIAP) del 2001, donde asistimos cuatro fotógrafos dominicanos en representación de nuestro país, ellos fueron José Antigua, Juan J. De los Santos, Jesús Rodríguez y yo. Mas de cincuentas rollos de películas Fujichrome Velvia a color Profesional llevamos cada uno, visitando Roma, Florencia, Pisa, Siena, Venecia, y otros pueblos y ciudades italianas, terminando en la Capital española de Madrid.
Con flash incluido y construida de poli-carbonato altamente resistente y diseño ergonómico de fácil adaptación a la mano la hacía merecedora de la más alta recomendación, con ella realizamos un viaje al Viejo Continente, específicamente a Italia, pasando por España, al Congreso de la Federación Internacional del Arte Fotográfico (FIAP) del 2001, donde asistimos cuatro fotógrafos dominicanos en representación de nuestro país, ellos fueron José Antigua, Juan J. De los Santos, Jesús Rodríguez y yo. Mas de cincuentas rollos de películas Fujichrome Velvia a color Profesional llevamos cada uno, visitando Roma, Florencia, Pisa, Siena, Venecia, y otros pueblos y ciudades italianas, terminando en la Capital española de Madrid.
Hasta
aquí las cámaras de películas o como se les llama “análogas”, la era digital
estaba al doblar de la esquina y no se hacía esperar. Un shock produjo este
avance tecnológico y me atrevo a asegurar que todavía no nos recuperamos
totalmente de este cambio. Lo digital suponía unas reglas diferentes, una
nomenclatura diferente, un vocabulario diferente, y por qué no, una mente
diferente suficientemente bien abierta como para recibir este cambio, que debió
llegar a paso lento y sin frustraciones, porque las hubo, y sin embargo llego avasallante, dominante. O
uno entraba en la era digital o se quedaba atrás. Algunos han toreado lo
digital y mantienen sus cámaras y sistemas análogos, pero no totalmente, se
asisten de scaners y otras tecnologías para poder mantenerse actuales.
Llegada
la era digital, mi octava experiencia
era totalmente diferente, desde el inicio podemos referirnos a los precios,
altamente costosos, casi tres veces el valor de una cámara análoga, pero no se
podía esperar mas, así llega a mis manos la Canon Eos 20D, ya antes había
salido la 10D, pero no estaba preparado para comprarla y tuve que esperar un
tiempo más y en eso salió la 20D con
8.2 megapixeles, flash incluido, autofocus, ya para este tiempo lo manejábamos
muy bien,
Con disparo continúo en ráfagas, y con la posibilidad de hacer mucho, pero mucho más fotografías sin necesidad de cambiar rollos, las tarjetas de memorias, en las que se guardas la fotografías, fueron aumentado de capacidad de forma increíbles, en los primeros 15 días de tenerla ya había hecho más de cuatro mil fotos, eso significa, traduciéndolo en rollos análogos, unos 111 rollos de película, en el viaje a Italia hicimos 50 rollos en 20 días.
Con
esta cámara estuve casi 3 años, y la vendí a un compañero de Fotogrupo, para
poder comprar la que sería mi novena experiencia con cámara fotográficas,
necesitaba más resolución y la que se adaptaba mejor a mis posibilidades
económicas era la Canon Eos 40D,
y que actualmente poseo, con 10.1 megapixeles, casi ya cumple con el ciclo de cambio por un modelo mejor y más avanzado, pero actualmente las posibilidades son pocas y eso tendrá que esperar. Siempre uno aspira a un modelo mejor y superior, mi 40D será sustituida a su debido tiempo, por una 7D, 8D ó una 5D, o por el modelo que llegado ese tiempo este en el mercado.
Con todas y cada una de estas cámaras, tengo gran cantidad de fotos, muchas malas, pocas buenas, pero de todas guardo una pequeña historia, una pequeña experiencia, compañeras de viajes que siempre están al lado de uno, cuidadas como nuestras “niñas lindas”, claro, teniendo en cuidado de no ofender a mi hija, al compararla con ellas. Como nota final puedo decirles que la Canon FTb, que vendí a un amigo, cuando le compre a Wifredo García la Canon A1, con el tiempo me encontré a ese amigo y le pregunte, por la cámara y me dijo: “…ahh… ahí la tengo, en el baúl del carro y ya no la uso…”, a lo que le conteste: “…te la compro?” y él me dijo: “…dame los mismo RD$450.00 por la cuanto te la compre…”. Señores y ahí está la FTb, como el primer “guandul”, se le pone un rollo y se hace las fotos que uno quiera. Esta historia continuará...
y que actualmente poseo, con 10.1 megapixeles, casi ya cumple con el ciclo de cambio por un modelo mejor y más avanzado, pero actualmente las posibilidades son pocas y eso tendrá que esperar. Siempre uno aspira a un modelo mejor y superior, mi 40D será sustituida a su debido tiempo, por una 7D, 8D ó una 5D, o por el modelo que llegado ese tiempo este en el mercado.
Con todas y cada una de estas cámaras, tengo gran cantidad de fotos, muchas malas, pocas buenas, pero de todas guardo una pequeña historia, una pequeña experiencia, compañeras de viajes que siempre están al lado de uno, cuidadas como nuestras “niñas lindas”, claro, teniendo en cuidado de no ofender a mi hija, al compararla con ellas. Como nota final puedo decirles que la Canon FTb, que vendí a un amigo, cuando le compre a Wifredo García la Canon A1, con el tiempo me encontré a ese amigo y le pregunte, por la cámara y me dijo: “…ahh… ahí la tengo, en el baúl del carro y ya no la uso…”, a lo que le conteste: “…te la compro?” y él me dijo: “…dame los mismo RD$450.00 por la cuanto te la compre…”. Señores y ahí está la FTb, como el primer “guandul”, se le pone un rollo y se hace las fotos que uno quiera. Esta historia continuará...
domingo, 15 de julio de 2012
Disfrutemos el Flamboyán
Entre la primavera y el verano
dominicano, se produce un fenómeno que muchas personas por la rapidez con que
transcurren en la vida y por la fuerza de verlo a diario, no hacen un alto, una
pausa, para observarlo detenidamente, resulta que entre los meses de mayo a
julio de cada año se produce la floración de los Flamboyanes, llenando las
calles y parques no sólo de la ciudad de Santo Domingo sino de todo el país de
un esplendoroso color rojo-anaranjado.
El Flamboyán árbol nativo de Madagascar y que hoy se ve en los trópicos
y subtrópicos de todo el mundo de
belleza impresionante cuando se halla en plena floración, fue una de las
primeras cosas que llamó la atención y sorprendió a los primeros exploradores
portugueses y franceses que llegaron a la isla de Madagascar a principios del
Siglo XVI, quienes de inmediato se encargaron de propagar este árbol por todas sus demás colonias en
los 5 continentes. De nombre
científico Delonix Regia, del griego, delos,
evidente, notable y onus, uña,
refiriéndose a los pétalos notablemente unguiculados y Regia, del latin regium-a-um, real, por su grandiosidad
cuando está en flor. En español
Framboyán o en un su versión más lógica, Flamboyán (Del francés flamboyant, literalmente = “llameante”, de flamboyer “llamear”,
por aquello de su intenso color rojo-anaranjado). Comúnmente conocido como Framboyán, Flamboyán
o Ponciana Real, de la familia de las caesalpiniaceae (leguminosae), con dos
variantes; Framboyán enano o Ponciana enana (caesalpinea pulcherrina) y
Framboyán Real, Flamboyán Real o Ponciana Real (Delonix Regia).
Este
árbol de tamaño mediano - grande, de 10 a 15 metros de altura y más siendo uno
los diez más famosos árboles del mundo, por lo que ha merecido el que los botánicos
le hayan conferido un título de nobleza, al agregar en su nombre científico la
palabra regia, que significa “de la
realeza”, aludiendo a su magnifica floración y que muchos productores y
horticultores de todo el mundo los utilizan en diferentes entornos urbanos y paisajístico
de nuestras ciudades.
Por
su color se distinguen dos tipos de Flamboyanes: el rojo y el amarillo, el
rojo, dependiendo de su etapa de floración se presenta más o menos rojo, y
algunos tirando al anaranjado y son los más numerosos en nuestra ciudad y en
nuestro país. El amarillo, que
por genética de la especie se reproduce en relación de uno (1) a cada diez (10)
rojo-anaranjado, contándolo conservadoramente, no necesariamente produciéndose
de las semillas del amarillo otro árbol amarillo, razón por la cual casi no lo vemos con la
frecuencia del rojo-anaranjado, no deja de tener ese resplandor que lo califica
como un árbol exuberante y bello. Se manifiesta este resplandor en el Flamboyán
rojo, por el efecto de la yuxtaposición del color rojo, con el verde de las
hojas, que al ser colores complementarios se potencializan, con el de color amarillo
sucede otra cosa, el amarillo y el verde de la hojas son colores análogos, porque
ocupan posiciones inmediatamente próximas en la rueda de los colores, en razón
de su parecido armonizan bien entre si, Estos
tipos de combinaciones de colores son muy frecuentes en la naturaleza. Su belleza es tal que muchos lo han
calificado como el árbol de mayor belleza en la América tropical.
Esta
especie de árbol merece el que hagamos un reconocimiento no tan solo por su belleza
natural, sino porque nuestra ciudad necesita de espacios urbanos que despejen
al ciudadano común que a diario camina por las calles, y que necesita tener
menos contaminación visual y contar con
la belleza que brindan estos maravillosos árboles que por demás, traen sombra y
refrescan el ambiente citadino. Bueno
seria proponer que algún parque o área verde de la ciudad sea arborizada en su
totalidad de una combinación de este árbol, (alguna experiencia tenemos en La
Vega), tanto del color rojo, como del amarillo; sería un espectáculo que disfrutaríamos
en esa época del año, el observar de la descomunal escena natural que
produciría la floración de estos árboles.
Dejamos esta idea a las autoridades
Municipales que si han hecho una buena labor sembrando diferentes tipos de
palmas en la ciudad, y que muy bien podría combinarse con otras áreas que sean
dedicadas al Flamboyán.
Rafael Sánchez Cernuda
Arquitecto /
Fotógrafo
lunes, 21 de noviembre de 2011
domingo, 20 de noviembre de 2011
jueves, 3 de noviembre de 2011
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